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Tags Animación, Cine, Copyleft, Crowdfounding, Crowdsourcing, Documentales, Hipermedia, Low cost, Multimedia, Transmedia
Crowd financing, crowd sourced capital o, más popularmente, crowdfunding. Son los nombres con los que se conoce el ya tradicional sistema de financiación colectiva y voluntaria (tan querido por las ONG) que amplía, extiende y actualiza ahora sus utilidades gracias a internet.
La red vuelve a demostrar así su capacidad de adaptación a los tiempos reactivando el fenómeno en ámbitos tan variopintos como el de la moda (catwalkgenius.com, por poner algún ejemplo), las empresas discográficas (sellaband.com), o incluso ciertos programas de televisión digital (crowdedreality.com). El audiovisual, inmerso en ese gran cambio que, desde la revolución tecnológica, afecta a la mayor parte de sus sectores, no podía ser menos y su acercamiento a este modelo de financiación, según los más convencidos, podría confirmarse como uno de los posibles principios para esa necesaria remodelación de los sistemas que rigen la producción cinematográfica más tradicional.
Ligado al crowdfunding surgen conceptos como el de crossmedia, para proyectos que se disgregan en diferentes formatos y plataformas (del videojuego a las aplicaciones para móviles, en sus diferentes modalidades de transmedia y multiplataforma) o el de cine 2.0, cuando la distinción entre productor y consumidor se diluye. De hecho, la estrategia para la financiación colectiva se organiza siempre a partir de un mínimo de inversión y según paquetes predeterminados en lo que supone no sólo una participación proporcional en los beneficios del film (una vez acabado) y el certificado de productor en los títulos de crédito, sino también la posibilidad de una implicación directa en el proyecto que puede ir del mero seguimiento diario de su desarrollo a la participación en todas sus fases (del guión al montaje). Un sistema que suele venir acompañado además por los fundamentos del "Kapitalist Manifesto" y que normalmente supone también la presentación del proyecto bajo el sello Creative Commons. Y aquí, la financiación y la creación se dan la mano para dar lugar a nuevas formas de expresión colectiva que empiezan a dar sus frutos.
Uno de los primeros experimentos en este campo fue el proyecto de código abierto "A Swarm Of Angels", de Matt Hanson (fundador del Festival Digital Onedotzero), anunciado en 2006. El programa de financiación planteaba en este caso la participación de 50.000 personas con una aportación individual de 28 euros aproximadamente, para un presupuesto de 1.200.000 euros. Desgraciadamente, el proyecto se encuentra hoy en fase de reconfiguración y, según se especifica en su página, se está repensando la estrategia a seguir, por lo que es aún inaccesible. Junto a éste y, también entre los primeros y más percutientes trabajos de esta modalidad, se encuentra el largo de animación "Sita Sings The Blues" (2008), dirigido por la estadounidense Nina Paley y premiado en Annecy y la Berlinale. Adaptación del "Ramayana" y con un gran peso del componente musical, en este caso la opción de financiación colectiva se estableció después de su realización y fueron precisamente los problemas con los derechos de las canciones los que impulsaron a su directora a optar además por una distribución en internet bajo licencia Creative Commons. En la web del film es posible aún hacer donaciones después de la descarga gratuita, comprar merchandising o incluso disponer del código fuente de los archivos Flash para remezclar el film al gusto.
En la pista de este tipo de trabajos que, como todo en internet, aparece disperso y caóticamente desordenado, trabaja intensamente Peter Broderick, gurú de la distribución independiente que actualiza en su web algunas de las propuestas más prometedoras. Entre las últimas, "The Age Of Stupid" (2009), dirigida por Franny Armstrong y nominada a los British Independent Film Awards como mejor documental, que consiguió a través del crowdfunding una inversión de más de 500.000 euros, con donaciones entre los 550 y los 40.000 euros aprox. Para su distribución se aplicó una fórmula antes utilizada por bandas de música según la cual cualquiera puede comprar una licencia de proyección y gestionar las condiciones de la misma (incluidos los beneficios). Un método que ha confirmado ya más de 1.035 pases en varios países a través del sitio indiescreenings.net.
Las redes se extienden y los buenos resultados de ejemplos como estos van animando a festivales, empresas privadas o directores que, como Ridley Scott, empiezan a lanzar sus propios proyectos. En este caso, "Purefold" es el nombre con el que el británico se suma al open licence cross-platforms franchises, como él mismo lo define, para proponer la producción colectiva de una serie de capítulos on-line que girarán sobre el ser humano. Por otra parte, entre los primeros festivales en presentar acciones de este tipo se encuentra el de Rotterdam, que lanzó en su pasada edición el proyecto Cinema Reloaded, donde aún hoy se ofertan para la financiación colectiva los últimos proyectos de Alexis Dos Santos, Ho Yuhang y Pipilotti Rist. Todos ellos, con un presupuesto objetivo de 30.000 euros, acumulan en la actualidad una media de 2.000 euros y de la participación que cada uno consiga dependerá la materialización de los filmes. Mientras, existen también varios portales generalistas dedicados a seleccionar y promover proyectos de todo tipo para la financiación colectiva. Así trabajan ya las plataformas KickStarter, a nivel internacional, y la española Partizipa. En ambas, además de proyectos musicales, literarios o tecnológicos, se ofertan películas en las que invertir.
"El cosmonauta", un proyecto de Riot Cinema dirigido por Nicolás Alcalá, es sin duda el caso más popular de los surgidos en nuestro país. La que se anuncia como la historia del primer cosmonauta ruso oferta wellcome packs con los que por dos euros es posible convertirse en productor del film. Se presenta bajo licencia Creative Commons y se estrenará en alta definición y gratuitamente en internet. Desde el 11 de mayo, día del lanzamiento de la web, a marzo de 2010, sin un solo fotograma rodado, cuentan ya con la participación de 23 inversores que han aportado entre 1.000 y 3.000 euros, 1.892 productores que han aportado una media de 10 euros y, sobre todo, una aparición constante en medios on-line y off-line (tanto nacionales como internacionales) que ha supuesto un fuerte impacto en redes sociales y 75.000 visionados entre YouTube y Vimeo, además de varias cartas de intención de distribución de DVD en España y de distribución on-line en Estados Unidos.
Otro de los pioneros en este campo es el film gallego de animación estereoscópica (en stop-motion) "O Apostolo", de Artefacto Producciones y dirigida por Fernando Cortizo. Como novedad, en este caso se sorteó entre los productores (o crowdfunders) un personaje del film que será físicamente igual que el ganador. Con las voces de Jorge Sanz, Luis Tosar, Geraldine Chaplin o Paul Naschy entre otros, y la banda sonora a cargo de Philip Glass ya confirmada, la película, que contará la historia de un fugado de la cárcel que trata de recuperar un viejo botín escondido con el Camino de Santiago como telón de fondo, se encuentra ya en fase de rodaje.
"Panzer Chocolate", por su parte, es un proyecto crowdfunding iniciado en junio de 2009, y puesto en marcha por Robert Figueras y Gemma Dunjó con un presupuesto objetivo de 300.000 euros y la esperanza de poder rodar y estrenar entre 2010 y 2011. Presentado como film de terror en el que se narra la historia de un grupo de jóvenes arqueólogos que descubren uno de los mayores secretos de los nazis, el proyecto hace especial hincapié en su calidad de largometraje crossmedia que se completará con un ARG (alternate reality game), un motion comic (on-line e interactivo), un videojuego y una aplicación para móviles.
Este artículo fue publicado originalmente en la revista "Cahiers du Cinéma – España" (nº 33, abril 2010) y ha contado con el asesoramiento de Gerardo Carreras. La imagen que ilustra este artículo pertenece a "The Age Of Stupid", film referenciado en el texto.