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Tags Código fuente, Música
Descubrir y conocer a Vincent Moon ha sido el acontecimiento más importante de los últimos años de mi vida en cuanto a la relación de la música con la imagen. Sus "Take Away Shows" para la "Blogotheque" han cambiado la manera de narrar la música y su influencia ha sido rápida y brutal. Comparto con Vincent Moon la manera de emocionarse con la música. Él llega ahí donde yo no puedo: lo transforma en imágenes que mis propios ojos crearían si fueran cámaras de vídeo y viajaran donde él lo hace. Uno de sus vídeos más escalofriantes, maravillosos, descarnantes, es el Take Away Show de Kazuki Tomokawa, al que simplificando podríamos llamar el Johnny Cash japonés. Este vídeo es sólo una pieza. Moon quedó tan fascinado que de Tomokawa no salió sólo un concierto para llevar sino también una película, La faute des fleurs.
No puedo resistirme a incluir otro vincentmoon en mi selección. Este concierto para llevar lo protagoniza el chelista Gaspar Claus, que es el mejor amigo de Vincent Moon, y su padre, el guitarrista Pedro Soler, en Portbou, en la frontera entre España y Francia. Gaspar aparece en muchos de los vídeos de Moon y he acabado adorando su manera de tocar, con los ojos cerrados, tan ajeno al espacio y a la cámara. Me gusta tanto este vídeo porque vemos cómo la música construye la relación paternofilial de una manera que sólo pueden entender los músicos. La interpretación entre ellos los coloca de igual a igual, algo que jamás ocurre en la relación con los padres.
En esta selección de vídeos quiero mostrar cómo es mi relación con la música. Para mí es muy importante hablar sobre ella con otros que se apasionan como yo y también, por supuesto, con los propios músicos, lo cual ha dado origen a muchas entrevistas y también muchos momentos privados. El siguiente vídeo tiene algo de las dos cosas. Sergi Jordà aceptó ser mi profesor de reacTable durante diez minutos. El vídeo forma parte de un experimento de narrativa audiovisual del festival Experimentaclub 2009 realizado con Miguel Fernández Flores.
Oh, los documentales musicales. Es mi género favorito. El privilegio del documentalista que sale a la carretera con un grupo, que convive en su camerino, que les ve como nadie puede hacerlo. El documentalista-confesor. Si hay un documental que me forjó como fan es el "101" de Depeche Mode, una película que espero llegar a ver al menos 101 veces en mi vida... No me faltan tantas. ¿Por qué es importante? Porque define cómo es un grupo a través de sus fans, que les siguen en un autobús por Estados Unidos hacia el concierto número 101 –y final– de la gira del disco "Music For The Masses". Este fragmento lo tiene todo: una canción increíble, los fans en la carretera y el grupo en el escenario, la juventud.
Como despedida, un microfragmento autobiográfico. Diréis: ¿dónde está aquí la música? Contesto: bajo mis pies (el vídeo está grabado en el tejado de mi casa), en mi cabeza (esa sombra soy yo) y en la ciudad (esa hermosa sinfonía es la de Madrid a la hora del anochecer). Suelo subir al tejado de mi casa para tender y, cuando lo hago a esa hora me emociono y pienso en canciones mientras veo la ciudad. Al fondo de ve Torre Picasso. Es un tópico urbano pero no deja de ser emocionante. Por eso yo también quise grabarlo y ser parte de ello.
Este artículo pertenece a la colección "Código fuente".
La imagen que ilustra este artículo es un fotograma del vídeo de Vincent Moon sobre Kazuki Tomokawa, referenciado en el texto.