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Tags Cine, Código fuente, Experimental
Reducir el «código fuente audiovisual» personal a cinco piezas es complicado, en mi larga lista habría de todo, desde series como "Luz de luna" o "True Blood" hasta directores como Peter Greenaway o Bruce Conner, así que he optado por escoger simplemente cinco obras variadas entre las decenas que se me ocurrían. No he tomado la decisión pensando en lo mejor, más bien en cosas que no puedo evitar ver sin emocionarme, y no porque me recuerden a ninguna vivencia íntima. Ninguna de estas piezas fue pensada para verla en vídeo en una pantalla estándar, así que la calidad/experiencia online dista mucho de la realidad; si alguna vez tenéis la oportunidad de verlas en el formato original, ¡no os lo penséis dos veces!
La primera vez que vi "Modell 5" fue en DVD, y ya entonces impresionaba bastante. Cuando por fin tuve la oportunidad de verla en su formato original, en cuatro pantallas verticales que ocupaban unos 18 x 6 metros, no exagero diciendo que fue una de las experiencias audiovisuales más sobrecogedoras que he tenido el gusto de sufrir. Se trata de una pieza basada en la repetición y la deconstrucción, centrada exclusivamente en el rostro de la actriz y bailarina Akemi Takeya, quien adquiere un aura maquinal y mántrica que va in crescendo hasta límites visuales y sonoros insospechados.
En el vídeo sólo se ve un fragmento de los 30 minutos de duración de la obra. Se puede conseguir en DVD, pero os advierto que no tiene nada que ver con verla en pantalla grande y con un equipo sonoro con unos buenos bajos, de esos que hacen temblar el suelo y las tripas.
Vi "Serene Velocity" en una sesión de cine estructuralista hace unos ocho años, sin tener ni la más remota idea de quién era el tal Ernie Gehr, y a día de hoy sigue siendo lo más hipnótico que he visto nunca en un cine.
Se trata de un cortometraje de 16mm en el que sólo se ve un pasillo rodado usando diferentes distancias focales; aunque parezca que la cámara se mueve, en realidad está fija. La idea que hay detrás es simple: líneas, cuadrados y un montaje repetitivo que crea un ritmo casi musical a pesar de ser una película muda. La duración original son 23 minutos, online lo máximo que he encontrado es una versión de 15, que desgraciadamente no tiene mucha calidad ni nada que ver con la sensación que ofrece verlo en cine.
Si ya ver una película de 16mm en vídeo es un crimen, de ver una en 35mm y cinemascope mejor no hablamos... De todas formas, admito que la versión que he encontrado de "Outer Space" es bastante potable y está completa. Su autor, el austriaco Peter Tscherkassky, es casi más un artesano que un cineasta, ya que trabaja a mano fotograma a fotograma revelando fragmentos de películas comerciales en negativos nuevos usando un pequeño puntero láser, y así crea tanto las imágenes como el sonido de sus películas (no olvidemos que hasta no hace mucho el cine usaba sonido óptico, que se imprimía en la película de manera similar a las imágenes).
La intención de Tscherkassky es ir más allá de los límites de la pura experiencia audiovisual, afectando al espectador de una manera corporal, gracias al uso de las imágenes y el sonido de un modo que rompe los límites de la experiencia intelectual y emocional entrando directamente en la percepción más física.
Nine Inch Nails fue mi grupo favorito durante muchos años. Cuando los vi en directo por primera vez, allá en 1999, la verdad es que ya no me interesaban mucho, pero como nunca habían venido antes a España acabé yendo, ¡y menos mal que fui! Aquel día vi por primera vez un montaje audiovisual en directo que me impactó, y si he de ser sincera aún hoy sigue siendo lo mejor que he visto en un concierto, y eso que me interesa mucho la música visual y he ido a conciertos de todo tipo muy alabables en ese sentido.
No sé si en el vídeo se aprecia bien, pero en cierto momento bajaba una superpantalla delante del grupo, de metros y metros (no sé cuántos, pero era en un pabellón de un tamaño considerable y tapaba todo el escenario). Durante dos o tres temas, lo principal eran los visuales, el grupo estaba detrás de la pantalla y sólo se veían ligeramente dependiendo del juego de luces. Aquí no puedo evitar la tentación de nombrar otros visuales que les hizo Bill Viola, pero tenía que elegir entre una cosa y otra, y como lo de Viola no he tenido el placer de vivirlo en mis propias carnes...
Siempre me han apasionado cosas bastante simples, en el sentido minimalista, quizás a según quien "Arnulf Rainer" le parecerá algo exageradamente complicado, pero no creo que pueda haber una película más sencilla, y en cierto sentido pura, que una que se basa exclusivamente en fotogramas blancos y negros.
"Arnulf Rainer" es una película sin imágenes, los motivos y colores que puedan surgir al verla (en cine, en vídeo dudo mucho que surta el mismo efecto) aparecen gracias a las características de la visión humana, provocados por el elemento fundamental del cine: la luz. No obstante, la intención de Kubelka no era provocar alucinaciones visuales, sino reducir el cine a sus elementos más básicos. La banda sonora se basa igualmente en la ausencia y la presencia, usando silencio y ruido blanco (un tipo de ruido que sería equivalente a la luz blanca porque contiene todas las frecuencias sonoras en la misma potencia).
Este artículo pertenece a la colección "Código fuente".
La imagen que ilustra este artículo es una fotografía promocional de "Modell 5", proyecto referenciado en el mismo texto.