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Tags Cine, Código fuente, Música, Remix
Lo podemos llamar homenaje, cita, re-enactment, sampler, remezcla o remake para esquivar represalias por parte de aquellos que aún creen en las ideas originales y que al copiarlas se produce un plagio, un delito. Para los que somos de la opinión de que una parte importante del proceso de aprendizaje se basa en la copia y que inevitablemente no hemos parado de copiar desde que desarrollamos la capacidad de comunicarnos, lo llamaremos «apropiación», término que se acuñó en los 80 desde la práctica artística cuando se entendió que no se estaba plagiando sino resignificando o recontextualizando.
Escojo –confieso– más por mi total devoción hacia las coreografías (sí, soy muy fan de "Fama") que por Godard (no, no soy tan fan de Godard), el fragmento de su película "Bande à part", donde tiene lugar uno de los bailes más emulados de la historia del cine: el madison.
En la escena, situada en un bar parisino, vemos como el trío protagonista baila esa ensayada coreografía entre las mesas del café, una suerte de parodia a ralentí de los musicales de Hollywood, donde la banda sonora no sólo la forman la música y la percusión de las palmadas y el zapateado de los bailarines, sino que también la acompaña la voz del narrador desvelando los pensamientos que rondan por sus cabezas. Quizás eso ayude a potenciar el efecto hipnotizador de la escena, quizás sea el amateurismo de sus pasos en el que la mayoría nos podemos reconocer... Sea como sea, este baile ha servido de inspiración a múltiples creaciones desde distintos ámbitos, como el musical.
Luis Cerveró, pone una vez más de manifiesto su confesa devoción por la Nouvelle Vague y Godard en el videoclip que realiza para Christina Rosenvinge del tema "Liar To Love", de la misma manera que también lo hace en "Mis problemas con la justicia", de Los Planetas. Pero es en el primero, "Liar To Love", donde Luis recrea la escena protagonista de este recorrido. En ella podemos ver a la misma Christina Rosenvinge con Lope Serrano, compañero de Cerveró en Canadá, a un lado, y a otro acompañante en el otro, bailando muy concentrados en una calle que bien podría ser de París. Cuando están a punto de acabarla, a Christina se le cae un zapato y lo recupera con tanta naturalidad que parece que forme parte de la coreografía. Luis sabe aprovechar muy bien este tipo de accidentes fortuitos, sobre los cuales comenta en "Venuspluton!com": «Tiene que ver con lo de la verdad. En "Liar To Love" de Christina Rosenvinge al final se le sale un zapato bailando. Que se le salga el zapato, se lo vuelva a poner y siga bailando, no estaba previsto. Es bonito porque ves que ha pasado de verdad». Esta suerte de accidente no se hubiera dado si los bailarines hubieran ensayado más la coreografía a través de tutoriales como este:
En el vídeo se puede ver la primera de tres lecciones que nos servirán para acabar siendo unos expertos en la coreografía que nos ocupa. Se trata de un proyecto que la artista holandesa Annja Krautgasser realizó el año pasado en Amsterdam y que consistió en el lanzamiento de una convocatoria para aprender, a través de estos tutoriales, a emular el baile del madison para acabar representándolo en la sala de exposición el día concertado. No he conseguido encontrar otro registro a parte de algunas fotos, donde podemos ver la sala de exhibición llena de voluntarios, hecho que pone de manifiesto cómo nos gusta aprender coreografías ante la pantalla del ordenador con más o menos fortuna.
Siguiendo en este campo, no son pocos los artistas a los que el trabajo y pensamientos del director francés han influido. Vemos en el territorio estatal trabajos como los de Joan Morey, Txomin Badiola o el re-enactment de Diana Larrea.
Pero es desde el mismo cine donde se encuentran más referencias a Godard y en concreto a la escena de baile, por ejemplo:
Sin ir más lejos el twist free style que se marcan John Travolta y Uma Thurman en "Pulp Fiction" está directamente influenciado por el madison de Godard (otro dato que corrobora la fascinación de Tarantino por la película es que a su productora cinematográfica la llamó A Band Apart). Hal Hartley, como Tarantino, también tomó inspiración del madison de Godard en su excéntrica roadmovie "Simple Men", pero esta vez con Sonic Youth de banda sonora.
Y hasta aquí el cortito recorrido fruto de una placentera inmersión por la red que me ha permitido descubrir trabajos a los que, de otra manera, quizás nunca habría llegado. Por ello, y gracias a la ayuda de Alex Reynolds, Merche Blasco y Kikol Grau, mi pequeño homenaje apropiador para homenajeadores y homenajado:
Este artículo pertenece a la colección "Código fuente".
La imagen que ilustra este artículo es un fotograma de la película "Bande à part" (1964) de Jean-Luc Godard.