Julian Bleecher se apropia de la tecnología de las redes “wireless”
para crear un dispositivo que no sirve para conectarse con los que están
lejos, sino para aproximar a los que están cerca. Dentro de esta
mochila hay un punto de acceso 802.11b (el protocolo utilizado por las redes
inalámbricas) que a pesar de funcionar, es inservible para conectarse
a la Web. Su objetivo es que el portador de la mochila (el “beduino
wifi”) cree allí donde vaya una “isla de Internet”
nómada, una zona de datos autónoma dentro de la cual los usuarios
-ejecutivos en un aeropuerto, parejas en un parque- creen una dinámica
social propia, con “blogs”, “chats” o sistemas de
intercambio de archivos donde los únicos participantes son aquellos
que se encuentran dentro de su radio de recepción.
En contraste con la utopía inalámbrica más habitual,
la del acceso permanente y ubicuo a Internet en cualquier momento y desde
cualquier sitio, “Wifi Bedouin” pone el énfasis en la
proximidad, y en crear una comunidad “wireless” móvil
que no sea virtual, sino cercana. “Lo que la mochila contiene no es
un acceso sin cables a la Web, sino su propia Web”, dice Bleecher.