Sinopsis:
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El paisaje, y su representaci贸n de la naturaleza, se ha convertido en una construcci贸n de la imaginaci贸n que va conformando paulatinamente una memoria individual y/o colectiva de los individuos, y constituye una biograf铆a de cada pa铆s, en continua mutaci贸n.
Nuestra noci贸n del paisaje ha tenido siempre un papel relevante en la formaci贸n de las identidades territoriales, los individuos se vinculan al paisaje a trav茅s de establecer m煤ltiples y profundas complicidades mediante explotaci贸n de diversas ideolog铆as asociadas hacia la noci贸n de lo nacional, lo leg铆timo, lo ancestral y lo universal. Este es el caso de los nacionalismos, que siempre necesitados de una gran cantidad de s铆mbolos para crear la idea del imaginario colectivo.
La noci贸n del paisaje contempor谩neo dista mucho de la visi贸n rom谩ntica y nacionalista del arte del siglo XIX y XX. La vis贸n de un paisaje contempor谩neo est谩 vinculada a la confrontaci贸n de un ambiente que no puede describirse como natural, donde en este paisaje de ahora puede existir m谩s cemento que vegetaci贸n, m谩s pl谩stico que tierra, y sobretodo m谩s autom贸viles y residuos que flores. Nuestro mundo y nuestras ciudades est谩n cubiertos por depauperados paisajes casi sin car谩cter, que no son ni rurales ni urbanos, extensiones de asfalto, mont铆culos de tierra y un cielo cortado por cables el茅ctricos con paseos cubiertos con se帽ales y contenedores. En este ambiente tan artificial el artista ya no tiene otra intenci贸n m谩s que la de recoger la realidad, no 聯relevar la verdad聰, porque nunca como hoy lo verdadero se ha convertido en falso.
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