Compartir vs. Control
HERBERT WEST comenta en el post sobre “Feliz 1984″: ¿es posible hacer una crítica cultural a la sociedad control?:
Lo más divertido de todo es que esas cámaras de las que habláis tanto, no están coordinadas entre sí -impidiendo el control- y muchas de ellas ni siquiera graban lo que “vigilan”.
Pero más divertido aún resulta lo fácil que es ejercer “control” sobre vuestro colectivo gracias a las miles de huellas que dejáis por la Red. Saber quiénes sois, por dónde os movéis, cuáles son vuestros espacios personales, quiénes son vuestros amigos, contactos, etc.
Lo planteo como una reflexión, nada más.
Le contesto:
Tienes razón en que los sistemas de videovigilancia no están conectados (o eso creemos). El problema es que lo están pensando. En Londres, donde hay 1 cámara por cada 14 ciudadanos, donde cada diez segundos una cámara diferente capta una imagen de ti, ¿te imaginas que conectaran esos sistemas? Podrían hacer una peli de nosotros, y eso nos preocupa. ¿Es posible escapar a ello? Seguramente no, pero la única arma arrojadiza que podemos utilizar ante esta vigilancia es ser críticos con ella, es ser conscientes de que exista, es no naturalizar la cuestión. Por eso hablamos de la videovigilancia como género de ficción, porque está presente en el imaginario social y porque los medios no plantean ningún tipo de reflexión.
Es sencillo saber quiénes somos, por dónde nos movemos, cuáles son nuestros espacios personales, quiénes son nuestros amigos, contactos, etc. porque asó lo hemos decidido, porque nuestro proceso de trabajo es visible y abierto, porque nos gusta compartirlo con otros, porque pensamos que fomenta la creación y la recreación de cultura y pensamiento crítico.
Ahora bien, ¿esto facilita que ejerzan “control” sobre nosotros? Ahí ya dudo un poco. ¿Quién nos controla por trabajar de esta forma? Como diría enjuto mojamuto, ¿quién te envía?
Gracias por la reflexión, sigamos pensando.