Prohibido taparse la cara en las manifestaciones

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La ministra de Interior del gobierno francés, Michele Alliot-Marie, consideró la posibilidad de esta prohibición a raíz de los actos de violencia cometidos por personas con el rostro cubierto durante la cumbre de la OTAN en Estrasburgo (este) a principios de abril.

El decreto del primer ministro François Fillon castiga con una multa de 1.500 euros “el hecho de que una persona, en el seno o en las inmediaciones de una manifestación en la vía pública, disimule voluntariamente su rostro para no ser identificado en circunstancias que hagan temer atentados al orden público”.

El decreto prevé que, en caso de reincidencia en un plazo de un año, la multa pueda elevarse a 3.000 euros.

Se prevén excepciones para “las manifestaciones conforme a los usos locales o cuando la disimulación del rostro está justificada por un motivo legítimo”.

La publicación de este decreto llega antes de que la Asamblea Nacional (cámara baja del Parlamento francés) comience a examinar a partir del martes una proposición de creación de un delito de “participación en banda violenta” agravado en caso de cubrimiento del rostro.

Medida grotesca Varios sindicatos de policías cuestionaron la medida considerando que las posibilidades reales de arrestar a una persona con el rostro cubierto durante una manifestación son muy limitadas. De su lado, el presidente de honor de la Liga de derechos humanos, Michel Tubiana, catalogó el decreto de “medida grotesca que va a crear más problemas, en vez de aportar soluciones”.

La principal defensora de este decreto, la ministra del Interior francesa, se inspiró de textos similares en vigor en otros países de Europa, como Alemania, donde una ley que data de 1985 estipula que los manifestantes tienen prohibido participar en una protesta “si llevan vestidos o artículos que impidan su identificación”. Los detractores de la nueva ley sostienen que ésto podría ser una puerta abierta al abuso policial. En definitiva, un pañuelo o unos lentes oscuros podrían incitar al arresto, consideraron.

Artículo publicado en La Republica.es

Periodistas ante la videovigilancia

Estoy suscrito al servicio de aviso de noticias de google con varias palabras clave, entre otras, con la palabra “videovigilancia”. Así, cada vez que una noticia de las que google indexa lleva en su texto esta palabra, me llega un mensaje al correo con el enlace de la noticia en cuestión. Normalmente recibo en mi bandeja de entrada artículos acerca de la necesidad que ven comerciantes, ciudadano y, por ende, ayuntamientos de implantar un sistema de videovigilancia que produzca un suspuesto efecto de persuasión a los malhechores y reduzca los índices de criminalidad que, según los medios, parecen estar por las nubes. Otra cosa es que las estadísticas digan lo contrario.

Consecuentemente, esto influye en la paranoia colectiva y tiene como repercusión que el ciudadano en general vea con buenos ojos cualquier medida que se tome en nombre de su propia seguridad, ya sean el aumento de policías y seguridad privada o la instalación de este tipo de dispositivos de control como son las videocámaras, altavoces o cualquier otro que con el avance de la tecnología (y su precio accesible para casi todos) podamos imaginar.

Experimentos como el de Dier y Noaz hacen observar que el efecto paranoico conlleva la sumisión al control y el hacer pasar a segundo plano derechos universales y constitucionales como la intimidad, la privacidad, el derecho a reunirse libremente, el derecho a no ser sospechoso por defecto. Pero, ¿quién genera esta paranoia?. Parto del hecho de que es un efecto que hay quien busca, no es algo natural aunque se intente naturalizar y esos que ponen en práctica técnicas goebbelsianas para conseguirlo están en muchos casos invisibilizados, ocultos o al menos no claramente identificados.

Imagino que tiene que ver en primer lugar con aquellos que ponen en el mercado la tecnología: empresas militares, aseguradoras, empresas de seguridad privada, detectives privados, no sé. También los que quieren ahorrarse personal, una inversión a tiempo en un buen sistema de CCTV puede ahorrarte en poco tiempo el sueldo y costes de un trabajador que haga de vigilante. Una propuesta similar a la que hizo Jeremy Bentham y su modelo de cárcel panóptica. También andan detrás de esta propaganda los que tienen negocios y ven en la videovigilancia la panacea de la seguridad y prevención total, sin importarle si en el camino se pierden derechos o si realmente los estudios indican que en la mayor parte de los casos el sistema no es efectivo. Por supuesto, los políticos toman parte de la construcción del discurso del miedo, no cabe duda. La estrategia es (1) meto miedo en el cuerpo alertando de una situación peligrosa a través de rumores, despistes, etc. que desorienta a la ciudadanía hasta que (2) aparezco como el gran salvador proponiendo soluciones en favor de la seguridad por encima de todas las cosas, ya que la situación es extrema. El fin justifica los medios.

Y todo esto nos llega a través de los medios de comunicación, principalmente televisión, radio y prensa escrita. Los medios como tales, esto es, grandes corporaciones que tienen intereses económicos entiendo que apoyen este discurso del miedo. Sin embargo, me preocupa la actitud de un periodista cuando se enfrenta a este tema. En una gran mayoría de los casos ni siquiera se molestan en leerse la ley y cometen errores de base a la hora de hablar de videovigilancia. Es preocupante que se pongan por defecto del lado de los que defienden el sistema de control y que no haya casi nunca espacio para la reflexión, para preguntarse al menos si habría que debatir la decisión, para dar voz a los que nos estamos a favor y preguntar nuestras razones. Es lo que antes se llamaba ética periodística, que tiene una responsabilidad.

Siento que algunxs amigxs se van a sentir ofendidos porque estoy “atacando” de alguna manera la profesión, es lo que tiene estar suscrito a una palabra clave como videovigilancia y recibir todos los días noticias defendiendo a veces lo indefendible con frases como “el que no tiene nada que ocultar no debe tener problemas”. No digo que ellos mismos la escriban, pero sí la enfatizan en boca de otros.

De vez en cuando -y aunque no sea un punto de vista revolucionario- aparecen noticias que sí dan un mínimo espacio a la reflexión y la crítica. No tengo ni idea de la ideología que anda detrás de este periódico, pero Aviso, cámaras grabando aparecido en La Verdad de Albacete tiene lo mínimo que se le puede pedir a un texto periodístico sobre el tema: diferentes puntos de vista y fuentes, acercamiento (aunque incompleto) a la ley y llamada a la reflexión. Hoy estoy optimista, así que no voy a buscar otra noticia que equilibre la balanza y se acerque más a lo que comento arriba.

Desnudos

Así me he sentido en mi periplo Sevilla-Madrid-Paris-NYC-Miami-Bogotá-Lima-Cuzco-Lima-Santiago de Chile-Madrid-Sevilla:

Portada New Yorker

Vía Guerra Eterna

Educación vial para niños

Me lo envió Santiago.

Esto sí que es un panel de control

Casas Viejas se queda!! No al Desalojo

Entre las 7 y las 8 de la ma?ɬana ha comenzado el desalojo del CSOA Casas Viejas. Desde ese momento hasta ahora han sido varias las acciones de resistencia que se han venido desarrollando en Sevilla. Ha habido tiempo, desde el 5 de octubre de 2007, para organizar una resistencia pac?ɬ?fica y ejemplar. Se ha conseguido visibilidad medi?ɬtica y los medios est?ɬn siendo bastante cautos con criticar las acciones, en todo momento, no-violentas al igual que contundentes.

Este v?ɬ?deo ha sido enviado a la polic?ɬ?a por los Okupas y publicado en El Pa?ɬ?s.com:

La plaza del Pumarejo se ha llenado de c?ɬmaras de distintos medios de comunicaci?ɬ?n nada m?ɬs conocerse la noticia: tres personas se hab?ɬ?an encerrado en un "zulo" (autofabricado) dentro del CSOA… lo m?ɬ?viles, indymedia y twitter han hecho el resto y alrededor de las 10.00 de la ma?ɬana un grupo de apoyo ha empezado a manifestarse. Corte del tr?ɬfico en la Ronda de Capuchinos y carga policial en la calle Feria. Algunas de las personas que estaban manifest?ɬndose han terminado en el hospital. Los gritos avanzaban de camino a la puerta del Ayuntamiento: "CASAS VIEJAS SE QUEDA, CASAS VIEJAS SE QUEDA"

M?ɬs medios, m?ɬs entrevistas, en esta ocasi?ɬ?n la polic?ɬ?a, pac?ɬ?fica, se armaba en un cord?ɬ?n impidiendo acercarse a la entrada del Ayuntamiento.

A las 16.30 la polic?ɬ?a ha conseguido sacar a una de las personas que estaban encerradas y a las 17.00 se ha convocado una manifestaci?ɬ?n en la Alameda de H?ɬrcules.

?ǬCu?ɬl es el estado de la situaci?ɬ?n a las 23.18 de la noche?

Dos personas siguen encerradas, en situaci?ɬ?n de gravedad. La polic?ɬ?a ha declarado que no se cuentan con los medios necesarios para proceder a su desalojo. Las personas que quedan dentro del CSOA han declarado que la ?ɬ?nica manera de llegar hasta donde ellos se encuentran es cavando a mano hasta donde ellos est?ɬn.

Es estos momentos hay organizados dos focos de resistencia, uno en el Pumarejo y otro en el Centro C?ɬ?vico las Sirenas, ya que a las 21.30 se ha informado de la ocupaci?ɬ?n de este edificio como medida de presi?ɬ?n. Las cacerolas y los gritos pueden escucharse espor?ɬdicamente en los alrededores. A?ɬ?n as?ɬ? la cosa parece que est?ɬ tranquila en la calle.

Llevamos dos d?ɬ?as hablando de control en "Feliz 1984: Hacia una sociedad Vigilada". Ahora este desalojo nos deja fr?ɬ?os, pero no sin palabras. Ayer mismo habl?ɬbamos con Luismi (que ven?ɬ?a al curso en representaci?ɬ?n de la Asamblea en Defensa del Espacio P?ɬ?blico), que se preguntaba en voz alta si la p?ɬrdida de identidad de la zona de la Alameda y San Luis provocada por el contexto del precariado, la especulaci?ɬ?n y el amenazante borrador de la ordenanza c?ɬ?vica que se propone desde el Ayuntamiento hac?ɬ?a necesario preguntarse si ten?ɬ?a sentido un centro social en esta zona. Parece que estaba empezando a perder sentido. Por las muestras en la calle de hoy y por la represi?ɬ?n de la polic?ɬ?a, pensamos que tiene m?ɬs sentido que nunca.

Hace muy poco asist?ɬ?amos a una charla de Santiago L?ɬ?pez Petit aqu?ɬ? en Sevilla que, en su postura encantadoramente radical nos interpelaba con una serie de cuestiones: ?Ǭc?ɬ?mo politizar la existencia?, ?Ǭc?ɬ?mo atacar la realidad?, ?Ǭestamos clavados a ella?. La realidad se gelifica, dec?ɬ?a. No es ni s?ɬ?lido l?ɬ?quido, ni l?ɬ?quido s?ɬ?lido. Los amigos y los enemigos desaparecen. La indeterminaci?ɬ?n general genera una realidad destotalizada, una multirrealidad despolitizada, el poder divide para vencer.

Recorrer estos d?ɬ?as de nuevo a Bentham y el pan?ɬ?ptico, Orwell y "1984", Foucault y Deleuze y repensar el paso de una sociedad disciplinaria a una sociedad del control, nos hace pararnos y pensar como hace L?ɬ?pez Petit que, ahora que dos compa?ɬeros est?ɬn resistiendo jug?ɬndose sus vidas, en politizar nuestras vidas. No s?ɬ?lo politizar la cultura o la econom?ɬ?a, sino que "la vida es una c?ɬrcel y es la vida el campo de batalla". Es lo que est?ɬ ocurriendo en la periferia de Par?ɬ?s estos d?ɬ?as y es lo que est?ɬn haciendo los compa?ɬeros de Casas Viejas: un gesto radical que va m?ɬs all?ɬ de la izquierda y la derecha, m?ɬs all?ɬ de la cultura o la econom?ɬ?a, est?ɬ relacionado con lo que necesitamos recuperar urgentemente porque constituye nuestro problema: "el querer vivir".

Leer el protocolo ante la resistencia (documento entregado a la polic?ɬ?a) en el CSOA Casas Viejas ha hecho que se nos salten las l?ɬgrimas, de rabia y de preocupaci?ɬ?n, al imaginar la situaci?ɬ?n de estos momentos de esas dos personas que est?ɬn resistiendo. Desde el anonimato, pero con la solidaridad de todos los que apoyamos la resistencia, est?ɬn transformando la realidad, nuestra realidad.

Por eso, desde ZEMOS98 s?ɬ?lo podemos gritar que el CSOA Casas Viejas se quede y sumarnos al apoyo y solidaridad con el centro social y con las personas que est?ɬn resistiendo.

El colectivo ZEMOS98 quiere expresar su apoyo incondicional a la resistencia pac?ɬ?fica del CSOA por diferentes motivos:

Seguimos aportando informaci?ɬ?n, atenci?ɬ?n, im?ɬgenes, v?ɬ?deos a http://estrecho.indymedia.org, donde encontrar?ɬs la informaci?ɬ?n m?ɬs actualizada.

Miedo y paranoia

Un camión de bomberos canadiense que acudía a colaborar en la extinción de un fuego en el estado norteamericano de Nueva York fue detenido en la frontera durante siete minutos hasta que los policías comprobaron la matrícula del vehículo.

Un hombre que estaba sufriendo un coma diabético en un autobús en la localidad británica de Leeds recibió dos disparos de una pistola eléctrica ante el temor de la Policía de que supusiera un riesgo para la seguridad de los viajeros.

La zona de equipajes del aeropuerto norteamericano de Portland quedó sellada durante seis horas al aparecer una sustancia blanquecina: resultó ser una mezcla de harina y azúcar.

Un guardia de seguridad expulsó a un hombre de un pub en Cairns, Australia, porque estaba leyendo la novela “El terrorista desconocido”. Algunos clientes se habían puesto nerviosos.

Hace unos meses viajaba a Birmingham vía Londres Stansted y, como me suele pasar desde que llevo barba, me pararon en el control del aeropuerto. Mientras esperaba a que registraran mi maleta, había un matrimonio con dos hijos pequeños a mi lado que también intentaba no perder los nervios y tener paciencia. Cuando llegó su turno, le hicieron beber a cada uno del biberón de sus hijos para poder subirlo al avión. Supongo que pensarían que si los padres ingerían aquello, no debía ser peligroso. A mi me hicieron meter mi desodorante (de bola) en una bolsita de plástico dentro de la bolsa de aseo. Asó los pasajeros estaráan seguros. También me tuve que descalzar y pasar mis zapatos por un escáner. Por un momento pensé que me detendrían por el olor.

En el aeropuerto de Sevilla me suelen cachear sólo un poquito, justo al entrar a la zona de embarque, después de haber pasado por el escáner. Hace poco le dije al chico de seguridad que me estaba toqueteando que tuviese cuidado, que mi novia lo estaba vigilando y no quería que se pudiera celosa. Parece que le hice gracia y dejó de tocarme. Mientras recogía mis cosas me comentaba que lo sentía, que a él en realidad le gustaba cachear a los pijos, confiscarles las colonias caras que llevaban y que no podrían subir al avión por exceder la cantidad permitida. A mi no me hizo tanta gracia como yo a él.

Hace un par de años iba con Felipe a Madrid y dos policías de incógnito nos pidieron la documentación mientras esperábamos el momento de subir al AVE. Nos hicieron sacar todo lo que llevábamos en la mochila, entre otras cosas un disco duro. Uno de ellos, el que hacóa de “poli bueno”, nos preguntó que si iba bien por USB. Felipe le dijo que no, que iba por Firewire. El policóa se quedó tranquilo, hasta que se dió cuenta que tenía el DNI caducado desde hacía 2 años, que podría meterme en problemas. “He estado ocupado, mucho trabajo y no he podido ir a renovarlo”.

El post de Guerra Eterna sobre los casos seleccionados las últimas semanas por Bruce Schneier llama imbéciles a aquellos que no se dan cuenta de que la paranoia es justo lo que buscan los terroristas. Pero es que al fin y al cabo, ¿quiénes son los terroristas?.

Es una constante de la historia de la humanidad desde que los hombres empezaron a agruparse en ciudades. El miedo es el mejor factor cohesionador para que los ciudadanos terminen haciendo lo que las autoridades quieren que hagan. El rostro del enemigo va cambiando, la necesidad que siente el Estado por controlarnos, no.

Casos de tortura policial y videovigilancia

Los casos de tortura policial en España no son hechos aislados, según Amnistía junto a Amnistía destaca la ‘utilidad’ de las cámaras en los interrogatorios para detectar malos tratos dan que pensar. Es desde luego preocupante que exista tortura (y existe), pero la propuesta de solución ante el problema que plantea Amnistía Internacional (AI) -instalación de sistemas audiovisuales de grabación en todas las comisarías del país- es sin duda muy polémica.

Como suele pasar en estos casos, aparecen por un lado los que apelan al derecho a la seguridad frente a los que están en desacuerdo planteando los derechos de privacidad y/o libertad, el debate se plantea, como presentamos en el libro de Panel de Control, entre las libertades civiles y la “ideología de la seguridad”. AI se debe sentir como el niño al que preguntan si quiere más a mamá o a papá, teniendo en cuenta que pretenden "contribuir a que se observen los derechos humanos en todo el mundo".

Uno de los problemas más serios en este tipo de noticias y declaraciones (más allá de la tortura en sí misma) es la naturalidad con que se trata el tema de la instalación y uso de cámaras de videovigilancia. Es como el caso de los taxistas que comentábamos hace unos días.

La progresiva implantación de la cámaras de vigilancia en espacios públicos, privados, lugares de trabajo, consumo y ocio, convierte ya en “invisibles” estas máquinas de visión, dispuestas a conocer nuestros hábitos, nuestros “tics”, pero también nuestros deseos o intenciones. Este “querer saber” convierte a la persona observada en personaje por efecto de la mirada “ficcionante”. Nos ocurre a nosotros mismos al observar en una pantalla a aquel que no se sabe observado. Nuestro poder sobre él lo ejercemos imaginando por un momento su vida, su procedencia, pensamos con una curiosidad característica, porque somos curiosos por naturaleza, por definición; pero pensamos también deseando desenlaces y este sentimiento es más complejo, más elaborado, ha sido educado.

El debate no se centra prácticamente nunca en la crítica hacia una sociedad cada vez más vigilada y centrada en una "cultura del miedo" y la paranoia. Sino que fomenta precisamente esa impronta de seguridad que los medios se encargan de lanzar sin mayor análisis o reprobación.

Los medios tienen una enorme responsabilidad en la conformación de esta paranoia colectiva como parte del imaginario social, pero han de hacer comprender que tienen la posibilidad y diría que la obligación de aportar un punto de vista distinto al que marcan las agendas políticas y hacer un esfuerzo por hacer comprender al ciudadano por qué estamos entrando en un camino hacia una sociedad vigilada.

Fundación Rodríguez desarrolla en su texto "La videovigilancia como género" precisamente una crítica constructiva acerca del uso de la videovigilancia:

La presencia de cámaras de videovigilancia es cada vez más habitual en el paisaje de la ciudad, en el mobiliario urbano a través de grandes torres de vigilancia de tráfico o mediante su integración en el diseño arquitectónico. Del mismo modo, las imágenes que proporcionan estas cámaras son capaces de conformar percepciones subjetivas y “elecubraciones ficcionantes”, participando cada vez con mayor peso en el universo mediático y en el imaginario social. La videovigilancia se transforma así en un género narrativo con subgéneros que van desde el humor hasta el suspense y el horror.

¿Los ciudadanos son conscientes del carácter coactivo del sometimiento a esta videovigilancia? ¿Se acepta como algo natural? ¿Es posible que no haya muestras de insurrección ante la mirada ajena invisibilizada pero siempre presente?

Parece obvio que la seguridad tenga mayor relevancia cuando se enfrenta a los derechos de libertad o privacidad, siempre que la cesión de esa libertad o privacidad esté justificada por la certeza de estar seguros (esto es complicado). Lo que no está demostrado es que las cámaras sirvan realmente para algo, más allá de la espectacularización que se hace de las imágenes en telediarios cada vez más sensacionalistas y maniqueos. De hecho, cuatro millones de cámaras (las que hay en Londres, por ejemplo) no han servido de mucho. Hay un uso indiscriminado y masivo de la videovigilancia, pero hay muy poco pensamiento crítico al respecto en los medios, en la política y, por ende, en la sociedad. Quizás no sea muy científico, pero leer los comentarios de la noticia de 20minutos.es me deja perplejo ante el consentimiento de los ciudadanos.

Elogio de la tortura

En 2002, no muchos meses después del 11-S, la CIA y el Pentágono decidieron ser más creativos en sus métodos de interrogatorio. Ya tenían en su poder muchos supuestos terroristas capturados en Afganistán y había que sacarles toda la información posible. Rebuscaron entre los archivos y encontraron lo que necesitaban. La mejor fuente de información estaba en un programa de los años cincuenta llamado SERE (Survival, Evasion, Resistance and Escape).

SERE fue un programa de entrenamiento preparado para pilotos que pudieran caer en manos del adversario y que debían ser preparados ante la posibilidad de sufrir un duro interrogatorio. Lo más probable es que los carceleros fueran soviéticos o de algún país aliado de la URSS, por lo que se hacía pasar a los pilotos por las técnicas que se suponía que utilizaban los enemigos. No se trataba tanto de arrancar uñas o romper huesos. Cosas más sutiles: privación del sueño durante días, obligar al preso a mantener posiciones físicamente insoportables, exposición a calor o frío extremos de forma sucesiva, y la técnica llamada en inglés waterboarding.

En un amargo giro del destino, esas técnicas soviéticas han terminado siendo utilizadas por el Pentágono en Guantánamo y por la CIA en sus prisiones secretas.

Waterboarding es una palabra que persigue a la Administración de Bush desde entonces. Consiste en colocar al preso sobre una superficie inclinada, taparle la boca con un trozo de tela y volcar sobre él litros y litros de agua. El preso siente que se está ahogando y de hecho es lo que ocurre, porque en breves segundos el agua empieza a inundar sus pulmones. En menos de dos minutos, dirá todo lo que quieran escuchar sus torturadores. Así fue cómo Jaled Mohamed, el arquitecto del 11-S, contó todos los pormenores de los atentados.

Iñigo Sáenz de Ugarte en Público. Lo leí sobre el papel y ahora me lo recordó Escolar para recuperarlo aquí. Tiene total relevancia en nuestro panel de control y a mi me parece de lo mejor que he leído últimamente.

El resto en Guerra Eterna.

El ojo que todo lo ve

Literal desde Escolar.net

La cárcel perfecta es aquella donde el menor número de guardianes puede controlar al mayor número de reclusos. La cárcel perfecta es esa donde el prisionero no sólo cumple su condena sino que rehabilita su comportamiento. La cárcel perfecta es el Panóptico, de Jeremy Bentham. En 1791, este filósofo inglés diseñó una prisión muy distinta a los siniestros calabozos o torreones de la época. El Panóptico era un edificio circular con una torre central de vigilancia. Según sus planos, el anillo exterior estaría dividido en celdas con tres paredes opacas y una cuarta, la que mira al interior, enrejada. Los prisioneros, de este modo, no podrían verse entre sí. Pero desde la torre, mediante un sistema de espejos, los carceleros podrían observar sin ser vistos a los reclusos en todo momento, en cada rincón de sus celdas. Los prisioneros nunca sabrían si alguien estaba mirando, por lo que estarían en permanente tensión.

Bentham presumía de que, al cabo de un tiempo, se podría sustituir a los carceleros por algún automatismo que, simplemente, simulase el sonido de sus pasos. Pero no sólo se trataba de ahorrar en carceleros. Su cárcel era un modelo de reinserción. El filósofo inglés aseguraba que los prisioneros, después de una larga temporada en el Panóptico, seguirían actuando al salir de prisión como si siempre tuviesen el ojo de la ley en el cogote.

El Panóptico nunca llegó a construirse. La corona inglesa estaba más preocupada en aquel tiempo por Napoleón que por reformar presidios. Pero sus planos inspiraron después las llamadas cárceles modelo, como la de Barcelona o la de Madrid. Un siglo más tarde, la llegada de las cámaras de vídeo acabó con la necesidad de una estructura circular o poligonal. El diseño del Panóptico dejó de tener sentido. Pero las teorías de Bentham sobre el comportamiento humano cuando un ojo vigila se volvieron más valiosas que nunca.

Las ideas de Bentham inspiraron también a otro londinense: George Orwell y su Gran Hermano. El Panóptico es, sin duda, algo muy británico. Los ingleses siempre han estado en la vanguardia de la videovigilancia. Si hoy caminas por el centro de Londres, cada diez segundos una cámara diferente grabará tu paseo. En la ciudad más vigilada del mundo hay alrededor de medio millón de ojos electrónicos. Tocan a 14 londinenses por cada cámara.

Hace unas semanas, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, viajó a Londres para entrevistarse con su homólogo londinense, Ken Livingstone. Entre otras cosas, el alcalde neoyorquino se mostró interesado en replicar en su ciudad una red de videovigilancia como el llamado anillo de acero londinense. “En estos tiempos hay que ser muy ingenuo para pensar que las cámaras no te están vigilando todo el tiempo”, dijo Bloomberg a la salida de la reunión. “Vivimos en un mundo peligroso y la gente desea tener cámaras de seguridad”. Como de costumbre, es por nuestro bien.

Vídeo lotería

En el mundo peligroso de esta semana hemos descubierto que España es racista. Nos hemos enterado, como siempre, por la televisión. No se sabe si las cámaras de videovigilancia sirven para evitar que un desequilibrado se comporte como tal –el agresor racista del tren lleva dos años en tratamiento psiquiátrico–. Pero sin duda ayudan a que todo un país descubra sus miserias.

El neng del tren tuvo mala suerte. Si en lugar de un tren con videovigilancia en Barcelona hubiese escogido un descampado en El Ejido, otro gallo le cantaría. En esta ciudad de Almería, el PP ha pedido el indulto para dos vecinos que secuestraron y apalearon con bates a unos inmigrantes. El PAL, el partido del alcalde, el ex del PP Juan Enciso, también apoya la moción. El PSOE, que gobierna la Diputación de Almería con el apoyo del PAL, se opone sólo tibiamente: los socialistas piden ahora el tercer grado, aunque en otras votaciones municipales también respaldaron el indulto. Aquel día no había ninguna cámara de vídeo.

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