Van a por nosotros
Límpiate los dientes, lávate los pies, cósete el jersey, píntate las uñas, cámbiate las pilas, cómete los mocos, bébete la espuma, cásate con ella, cásate con ella, cásate con ella. Toma precauciones, piensa en tu futuro. Van a por nosotros.
Las hordas internacionales de madres y delegados y funcionarios y chinchillas y hurones moralistas que desean llevarte cogidito de la mano a tu jubilación.
Bébete el jarabe, cómprate un buen coche, deja de fumar, no juegues a eso, cambia de trabajo, mejora tu imagen, vete a por las gambas, cósete la manga, rézale a la imagen.
Van a por nosotros con sus pies de rey y sus escuadras y sus cartabones y sus reglas y sus compases y sus trajes de domingo. Péinate los pelos, limpia tus zapatos, huele a gasolina, dí que sí a tu jefe, mira las noticias, no duermas la siesta, deja esa sonrisa, siéntete culpable, acábate la sopa, acábate la sopa, acábate la sopa. Hazte responsable. Van a por nosotros.
Se acabó la juventud. Basta de holgazanear. Hay que concienciarse. Viva el complejo de Edipo. Yo tengo la culpa. Paga tus facturas, traje con chaleco, duerme con pijama, santifica el lunes, funda una familia, por qué no adelgazas. Vaya facha traes, lávate las manos, píntate los labios, por qué dices eso, todo está ya escrito. Van a por nosotros.
Y Edison y Washington y Einstein y Freud y Hitler y Copérnico y Von Braun y Don Santiago Ramón y Cajal VAN A POR NOSOTROS.
Cada año más cerca, cada día más claro, cada sorbo más dulce, cada recuerdo más lejos.
VAN A POR NOSOTROS, VAN A POR NOSOTROS, VAN A POR NOSOTROS, VAN A POR NOSOTROS, A POR NOSOTROS, TODOS.
Definidos por Jesús Brotons de esta manera:
“Somos dos tipos leyendo sus textos, ni más ni menos”. Así se define Rafael Metlikovec, en su momento colaborador de los electro-performers Das Syntetische Mischgewebe y actualmente cincuenta por ciento de Accidents Polipoétics. Hacia 1991 une sus fuerzas con las de Xavier Theros (antiguo colaborador de los mallorquines Sociedades En Tetrabrik) para crear un proyecto que aunara las posibilidades expresivas de la polipoesía con la energía y la inmediatez de un concierto de rock, sin dejar de lado el sentido del humor (negro), un don siempre necesario y por desgracia bastante escaso en el ámbito de la experimentación fonética. Los Accidents, que desde el principio han hecho patente su deseo de popularizar la poesía, de llevarla a sectores de público generalmente poco permeables, han realizado incontables actuaciones en todo tipo de garitos, así como en teatros, plazas públicas, asociaciones de vecinos y fiestas mayores de barrio, acompañando sus vitriólicos poemas con todo tipo de artículos: de bombonas de butano a ejemplares del Lecturas, pasando por porrones (por supuesto, llenos), ladrillos, esprays ambientadores o panes de los de a kilo. Además de sus recitales blitzkrieg, Accidents han escrito un libro (“Más Triste Es Robar”, Las Ediciones Del Khan, 1998), han creado una obra de formato largo (“Pim Pam Pum Lorca”), han participado en grabaciones de grupos como Mil Dolores Pequeños, La Fura Dels Baus y Klub, y han grabado un disco con algunos de sus poemas. Un segundo disco ha sido mil veces anunciado y mil veces postergado. Accidents Polipoétics, que se encuentran más cerca de la figura del tradicional narrador de historias (cáusticas y surrealistas) que de la del típico polipoeta narcisista y afectado (huelgan nombres), representan “el triunfo de la cotidianeidad frente a la mediocridad, de la sencillez frente a la pretensión, de la paella frente al arte”.
Soy Libre
Ve a trabajar, envía a tus niños a la escuela, sigue la moda, compórtate normalmente, camina por la acera, mira la tele, ahorra para cuando seas viejo, obedece la Ley y repite conmigo: soy libre.
Graffiti on Philip St, Bedminster, Bristol, UK (opposite Windmill City Farm)
[vía]
Expected Curtain
Este concepto del diseñador Mino Kodama sobre la idea de hacer más seguro el hogar, consiste en una cortina que tiene impresas unas misteriosas figuras que están ocultas durante el día pero aparecen al contacto con la luz eléctrica, haciendo creer que no estás sólo en casa. Si alguna vez llega a producirse en serie, nuestra sugerencia es que pudiera elegirse entre varios tipos de siluetas: mafiosos malencarados, equipo de rugby o inspección de Hacienda. Fundamental apagar la luz antes de salir de casa a emborracharse o el regreso puede ser de infarto. Eduardo Lozano. [Designpotter vía MAKE]
Lo ví en Gizmodo.
Os contaré un secreto. En casa de mis padres, de toda la vida, hemos dejado la luz del salón encendida para que no diera la sensación de que el piso estaba vacío. Desde que vivo solo, es algo que hago por “herencia”. Ahora bien, como mi padre vea el invento de Mino Kodama, va a preguntarme si lo compramos…
“Feliz 1984″: ¿es posible hacer una crítica cultural a la sociedad control?
Cuando termine este post (a propósito, el cansancio lo hace necesariamente breve) daré por concluida esta primera e intensísima jornada del curso “Feliz 1984: Hacia una sociedad vigilada”. Con el inexplicable overbooking cultural de la ciudad estas últimas semanas (EBE07 aka “A ti no te vi”, Donestech, Transformaciones con Laura o el propio curso Feliz 1984) que a veces hace imposible estar en dos (o tres) sitios a la vez, hemos arrancado de nuevo con la pregunta que ha impregnado todo el proceso de investigación sobre el estar fuera de control de la última edición del festival y, en concreto, de la exposición “Panel de Control”, tan criticable y a la vez tan mimada por el colectivo. Quizás criticable por haber sido demasiado mimada. Ah, la pregunta en cuestión era: ¿es posible hacer una crítica cultural a la sociedad control?.
Para nosotros, tener el libro de “Panel de Control” en nuestras manos y dirigir este curso significa de alguna manera cerrar el ciclo de la novena edición de ZEMOS98. A partir de ahora (y más nos vale) sólo tendremos en la cabeza la 10a edición, que se celebrará del 24 al 30 de marzo de 2008.
Esta mañana hemos hecho un repaso por algunos antecedentes de este proyecto sin ánimo de ser historicistas y dejándonos llevar por aquellos proyectos que nos apetecía recordar, unos antecedentes que también lo son de este blog. Mientras algún profesor en el instituto nos explicaba qué significaba la palabra “distopía” y nos mostraba “1984″ como ejemplo, Fundación Rodríguez ya trabajaba el concepto de la videovigilancia como género y las elucubraciones ficionantes.
En 2004, Dani y Pedro proyectaban a dos manos la Winston Smith Syndrome Association, una asociación creado por Dani y Pedro y que sólo tiene dos socios, Dani y Pedro. Hace pocos días hablaba de El Puerto Aéreo o del nuevo proyecto de voluble.net sobre apropiacionismo móvil y los sistemas de seguridad. No me podía olvidar de la pieza “Ilegal” de Pedro, que pienso que debería haber tenido un espacio en la expo (ahora la haría tan diferente…). Hemos puesto tantas veces Zap War de Laura Baigorri en cursos de lectura de imágenes y lo consideramos un vídeo tan fundamental que tampoco hemos pasado la oportunidad de compartirlo en clase.
El trabajo de ALKU ha llamado la atención de los guardias de seguridad de la UNIA, que al escuchar uno de los tracks han entrado en clase preocupados por ver lo que pasaba. Y eso que sólo hemos podido sacar audio a unos altavoces pequeñitos. Hemos recordado la maravillosa experiencia de Vic, que mañana continuaremos con el paseo.
Hemos hecho la obligada parada en el panóptico de Bentham, en Orwell y Foucault, dejando la idea del paso de las sociedades disciplinarias a la sociedad de control de Deleuze en manos de Osfa.
Hemos desarrollado la propuesta de texto previo a la entrevista que mantuve con Bill Brown y hemos presentado el trabajo de los Surveillance Camera Players, que van a ser el 50% de este curso por lo que nos gusta su trabajo, aunque tampoco se librarán de criticas por su visión anti tecnológica que no coincide con el uso que le damos nosotros a los aparatos.
Pedro ha trabajado en una aproximación a las leyes sobre videovigilancia, que ha hilvanado con un debate que, como suele suceder, ha sido lo más breve de la mañana pero también lo más interesante. Ha sido complejo, se ha hablado de la necesidad de construcción de un sentido común crítico que no ceda ante la supuesta objetividad de los dispositivos de visualización (como las cámaras de videovigilancia), sino firmar un contrato social a través del que podamos construir un sentido común que parte de la suma de las subjetividades. Una cesión de responsabilidad a las máquinas de visibilidad es lo que se esconde detrás de una logística de la percepción, donde se intenta iluminar todo, pero el camino es cada vez más oscuro.
Después de comer han hablado Osfa y Luis André, a los que también se ha unido Luismi, de la Asamblea en defensa del espacio público. El debate se ha centrado quizás demasiado en la problemática del borrador de la nueva ordenaza cívica que parte del Ayuntamiento de Sevilla para el desarrollo de actividades en el espacio público de la Alameda. Pero las referencias a “Ecología del miedo” de Mike Davis o el proyecto de la Plaza de las Libertades que ha aportado Osfa han enriquecido el debate.
A las 19.30h tuve que abandonar el debate para presentar el libro de Panel de Control en la FNAC. Había más gente de la que esperaba y me ha alegrado ver por allí a todos ellos. Gracias de nuevo.
Mañana saldremos a la calle y por la tarde hablaremos del cibercontrol con Arturo Quirantes y Ana Montejana. Os dejo algo que vagaba perdido por nuestro servidor y esta misma noche hemos recurperado:
Por cierto, ya no nos cabe la menor duda: sí que se puede hacer una crítica cultural a la sociedad de control.
Al final no ha sido tan breve, y necesito descansar.
Televisión, mitoinformación y control social
Eutsi ("Resiste" en euskera) es la versión online de la histórica revista vitoriana peleona RESISTE.
Natxo me ha pasado este interesante extracto de un texto del Instituto de Desingeniería Social de Oxford que ha publicado Eutsi. Destaco algunos párrafos interesantes en relación a lo que solemos hablar por aquí:
La información se difunde en tales cantidades y a tal velocidad que la confirmación se vuelve imposible. La visión del mundo impuesta por la televisión comprime mil y un fragmentos en que todo es igual: lo que cuenta es la primacía de la televisión, que seguirá funcionando aunque la apagues. Es un instrumento caleidoscópico que se asegura de que nadie aprenda demasiado.
Los programas de televisión acentúan esta desconexión. Es un flujo constante: si no estamos de acuerdo con algo, no podemos volver atrás y volver a pensarlo. […] Cuando vemos la televisión, no tenemos la oportunidad de participar en el discurso; éste no permite ninguna acción recíproca (dar y tomar) entre emisor y receptor. La capacidad de responder en los mismos términos al ritmo de nuestro propio intelecto se nos deniega y somos atraídos a un consumo acrítico de los postulados y las connotaciones que se hacen. Si seguimos sin estar de acuerdo, sólo nos queda el democrático derecho de apagar la tele. Sólo una parte de la relación empieza la comunicación, la misma parte que ilustra la charla y que, antes de que llegue el turno de preguntas, cambia a otro asunto. […]
Ya sea una programación izquierdista o de derechas, el producto televisado sigue siendo programación. Su objetivo: crear un buen ciudadano, consumir productos, adoptar estilos de vida. En contraste con un totalitarismo concentrado, la dominación se logra no mediante métodos de adhesión forzosa a un líder y una única ideología sino con la multiplicación de opiniones y el vacío y los asuntos políticos virtuales y la implicación «voluntaria» y la participación de todos los espectadores en una elección de intereses, identificaciones y roles. El control social se mantiene en ambos sistemas, pero el nivel de abundancia determina el camino que se sigue para llegar a él.
En relación a cuestiones de control y televisión, en La televisión no lo filma (en PDF) ya proponíamos algunas ideas. Y más en el libro de Panel de Control.
Gracias por el link, Natxo.
Mladen Penev
Un trabajo muy fuera de control: Mladen Penev.
Vía Who killed Bambi
Instrumentalización de lo íntimo
Hoy, cuando la cultura, la información, los servicios y la creación de ambientes son un motor económico absolutamente clave, ¿cómo se ha redefinido la alienación? El colectivo Tiqqun lo resume en una sola frase: ya no se nos dice “harás lo que quiero que hagas”, sino “serás lo que quiero que seas”. El trabajo ya no es un intercambio de tiempo por dinero, sino más bien de alma por dinero, cada uno convertido en “empresario de sí mismo, gestionando su Yo-marca” (Santiago López Petit). Un baile de máscaras en condiciones de precariedad, competencia de todos contra todos, inseguridad, invisibilidad, infantilización, jerarquía, control… El consumo ya no es un sistema de necesidades dirigidas autoritariamente desde arriba, sino la sofisticada construcción de personalidad que cualquiera puede contemplar en la publicidad. Lo que se nos oferta ya no es tanto un objeto, como una experiencia, un estilo de vida, una autenticidad. Ya lo decía The Clash: “I’m all lost in the supermarket/I can no longer shop happily/ I came in here for that special offer/ A guaranteed personality”. El supermercado abarca ahora la realidad entera.
Lo he visto vía Juanlu. Puedes leer el texto completo de Amador en Público.
En "Panel de control. Interruptores críticos para una sociedad vigilada" habrá un texto de Santiago López Petit.
Scroogled, de Cory Doctorow
Desde Boing Boing leo la entrevista con Cory Doctorow que The Wall Street Journal acaba de publicar al hilo del relato Scroogled que le encargaron a Doctorow con el siguiente punto de partida: "Escribe un relato sobre el día en que Google se convirtió en malvado".
In science-fiction author Cory Doctorow’s short story "Scroogled", a woman shrugs when she sees "Immigration–Powered by Google" on an airport sign, but that’s just the beginning of the search giant’s presence in a not-too-distant future.
The story, published in Radar Magazine’s latest issue, envisions a world in which Google turns into Big Brother. Customs agents grill travelers about their search queries, public places are swept by webcams and officials look for terrorist connections in social-networking sites. All of this is made possible by Google’s powerful search tools and the company’s willingness to share its trove of personal data with the government.
El relato ha sido publicado bajo licencia Creative Commons en Radar Magazine. En la entrevista, Doctorow contesta a una pregunta en la que el periodista le dice si hay señales de que Google realmente pueda hacer eso, si hay algo que le preocupe realmente por parte de Google:
WSJ.com: Are there signs of that at Google? Are they doing something that concerns you?
Mr. Doctorow: Sure, absolutely, there have been lots of signs of that. I mean, one of the things that I think is in Google’s DNA is a real tension about, on the one hand, being good to people, but on the other hand, acquiring as much information about them as they can, under the rubric that it allows them to be better to people.
And it does, a lot of the time. There are lots of ways in which Google knowing more about you makes Google better for you. But without much regard to what’s happening in the world around us, in an era in which the national security apparatus has turned into a kind of lumbering, savage, giant toddler, it behooves us to not leave things within arm’s reach that it might stick in its mouth. And that includes things like my search history. And I’d prefer that Google not be storing a lot of that stuff, especially today, especially after Patriot [Act] and so on. They’re inviting abuse, I think, by doing that. The steps you don’t save can’t be subpoenaed. And by saving them, Google is inviting a subpoena.
So Google’s always had this kind of "We will collect all your information, and it will belong to us, and you won’t be able to take it away, but it’s OK because we’ll only do good things for you" attitude, and that’s a bit of a problem.
Así comienza el relato:
Greg landed at San Francisco International Airport at 8 p.m., but by the time he’d made it to the front of the customs line, it was after midnight. He’d emerged from first class, brown as a nut, unshaven, and loose-limbed after a month on the beach in Cabo (scuba diving three days a week, seducing French college girls the rest of the time). When he’d left the city a month before, he’d been a stoop-shouldered, potbellied wreck. Now he was a bronze god, drawing admiring glances from the stews at the front of the cabin.
Four hours later in the customs line, he’d slid from god back to man. His slight buzz had worn off, sweat ran down the crack of his ass, and his shoulders and neck were so tense his upper back felt like a tennis racket. The batteries on his iPod had long since died, leaving him with nothing to do except eavesdrop on the middle-age couple ahead of him.
"The marvels of modern technology," said the woman, shrugging at a nearby sign: Immigration—Powered by Google.