Pero si la realidad ya estaba
ahí para comernos vivos en la década perdida.
Ya antes había papitas en bolsas de colores y hamburguesas en serie.
E ir al
primer Macdonals en la Ciudad más grande del mundo (en Polanco, que son
como
los Champs Elisés) era el status quo de la tecnología quinceañera:
puedes o
no (si tenías nave, si tenías ésto y lo otro).
Ahora, siguen existiendo ésos antros de fast food por miles en el país.
Ahora hay net art posmoderno que apenas y sabe a modernidad tardía. Aún
no
hay un Voltaire -reclamaba Octavio Paz) que encienda ése brillo en los
ojos
de los contemporáneos viajantes -nosotros tod@s-.
Y aún así, la comida es como el viaje para conocer cualquier forma
de
cultura (Como haría Calvino: come a donde llega, en los mercaditos).
Y como en los ochentas: aún hoy existen los tacos de muerte lenta (algo
así
como 5 por medio dólar), los comales de la muerte en las esquinas, las
"guajolotas" que alimentan no sólo a albañiles, también
a estudiantes de
informática y futuros artistas sensibles, y hasta (lo juro) unas tortas
gigantes en Chapultepec que sólo cuestan 2 pesos.El suburbio, la calle,
la
urbanidad, sobrevive y existe más allá de filosofías y
buenos deseos
políticos, o de tecnologías y de guerras. El imaginario mexicano
aún se
encuentra en la comida, y somos un país de aceite quemado y fritangas
(Carlos Fuentes dixit). Pero también de novísima comida mexicana
y gourmet.
No hay que hacerse pendejos, si hacemos cosas es por la necesidad de escapar
(dícese arte o sobrevivencia); es una forma de vida, aunque hay quienes
se
ponen de glam con camisitas de moda que pronto pasarán. Bienvenidos sean.
Provecho.
Pasando a otra cosa, ahhh...
las dosis de café, han demostrado ser buenas
para la depresión y para encender los motores de la adrenalina, de la
creación a veces, o de una simple conversación. El café
es el mejor testigo
de algunas vidas mías, y junto con un buen whisky, de algunas muertes
inconclusas.
Tengo veintimuchos años
ya. Soy periodista cultural con experiencia en
entrevistas difíciles (Wibson, Baudrillare, Greenaway, Kapuscinski, Ilich,
un dealer de tepito, una puta bien buena, un policía y un político,
entre
otras). Actualmente soy, como dicen acá a los del paro elegantemente,
free-lancer (así que, si conocen algún medio que quiera pagarme
como enviado
a Afganistán, también sé hacer fotos). Qué más...
Sí, sé acariciar un perro,
plantar un árbol, y "respirar" debajo del agua.
Mmmmm pues, nada, un expresso cortado para mí. Conozco ya a algunos de
ésta
lista personalmente en persona, y a otros en la virtualidad. Gusto en
verlos. A la salud!
"No soy nada, nunca seré
nada. No puedo querer ser nada. Aparte de
esto,tengo en mí todos los sueños del mundo".
Fernando Pessoa