Veo poca gente en Sevilla, con poca actividad y poco efecto. A ver si al final Aznar y sus compadres se van de rositas...

A estas horas del sábado, cuando el calor sevillano nos tiene sofocados y medio paralizados hasta a los que somos nativos y estamos teóricamente adaptados, tengo un gran temor por el éxito de la manifestación convocada para esta tarde a las 8, con tan poca gente como veo movilizando la ciudad.

¿Cuánta gente habrá, cuantos presionando a unos capitostes europeos que, salvo el resultado ese del fútbol, no han tenido contratiempo alguno en su excursión de placer a Sevilla?.

Es cierto que en esta contracumbre hay menos gente que en otras. Será que estamos en la periferia, será que el calor es disuasorio... Es cierto también que más que una programación de acciones contra la Europa del capital existe una simple agenda, un calendario donde figuran en orden cronológico todas las que inconexamente se van desarrollando, pero que nada ni nadie ha sabido coordinar para que su efecto sea más sostenido, mas directo, más contundente.

Lo que se ve en la ciudad de Sevilla, aparte de policías, que es lo que abunda, son pequeños grupos que realizan pequeñas acciones. En algunos casos con más alcance en las crónicas que en la realidad. Lo habéis leído por ahí: la manifestación de estudiantes de ayer parecía más bien una mani de polis, con estudiantes de relleno. Sólo por los números, claro.

Poco efecto. Poca presión. No se que está pasando, pero me preocupa. Quedan unas horas para despejar la incógnita y saber si al final serán miles o decenas de miles o cientos de miles las voces que se lancen contra los césares del mundo. Ojalá me esté equivocando y, luego a la tarde, cuando se apague el calor, todo sea una mala siesta y se note hasta en las crónicas más manipuladas que la gente es capaz de movilizarse contra el macmundo.

Pero si no es así, si lo que presagio se cumple, habrá que pensar en cambiar de estrategia. No sé: habrá que relativizar el sistema de foros manejables, habrá que dejar de buscar permisos y parabienes y colaboración de autoridades, habrá que dar menos claves anticipadas de lo que se haga, habrá que salir a la calle de otras maneras...

La política es también la estética, pero va más lejos.

Ojalá sea esta maldita calor.