Este texto de opinión ha sido publicado en la revista Vídeo Popular. La única revista profesional en España que tiene una sección dedicada a la Cultura de los VJ.

En el mundo de los videojockeys (VJ) es fácil afirmar que todo va sobre ruedas. Empieza a reconocerse el trabajo de los VJ en discotecas y festivales, empiezan a publicarse contenidos en medios generalistas; empiezan a editarse libros, de muy buena calidad, y la red Internet es donde realmente se está desarrollando una cultura VJ con foros, servidores, proyectos online, streaming… Pero no podemos perder la perspectiva. El trabajo que hace un VJ no está bien valorado económicamente y sobre todo no está valorado artísticamente. Los Vjs, ya sea sampleando, editando material propio o produciendo animaciones tienen a sus espaldas muchas horas de trabajo y de ajustes. ¿Por qué la mayoría de veces se tratan a los Vjs como simples técnicos? Desde aquí reclamamos tanto a Vjs como a empresarios y promotores un trato profesional para los artistas del vídeo en directo. Porque hace tiempo que el arte no es un terreno vedado a supuestos genios estéticos. Porque los primeros videosintetizadores analógicos estuvieron desarrollados gracias a la intersección arte + tecnología. Porque el vídeo ha permitido también la democratización del audiovisual y todo eso hay que aprovecharlo para proponer nuevas formas de consumir imágenes, más complejas, es posible, pero que harán reflexionar y generar historias, conocimiento y narrativas.

Pedro Jiménez. colectivo ZEMOS98